EMOCIONES FACILITADORAS Y OBSTACULIZADORAS DEL APRENDIZAJE
“Lo que debemos saber para apoyar a nuestros hijos”
Por Arnaldo Canales Benítez
Director Ejecutivo Fundación Liderazgo Chile (FLICH).
Impulsor de la Ley de Educación Emocional en Chile.
Magister en Educación emocional y Máster en neurociencia aplicada
Todos en algún momento hemos recordado nuestro paso por el colegio, y más de alguna vez he realizado la pregunta en distintas audiencias. ¿Se acuerdan cuando miraban el calendario de asignaturas que tenían en la semana? ¿qué emociones sentían? Para muchos asociar la asignatura con una emoción era algo automático, por ejemplo, matemáticas: aversión. Educación Física: alegría, Física: Miedo etc. Cada uno inconsciente tenía una predisposición emocional para ir a clases y eso estaba dado por el vínculo emocional que esa clase genera con nosotros, podía darse el caso que educación física genera miedo, para un alumno que esa clase le afectaba emocionalmente. Y así podríamos poner muchos ejemplos.
Pero hoy en día, tenemos más conciencia social sobre el mundo emocional, y sin duda, poco a poco las instituciones educativas, directores y los mismos profesores están abriéndose paso a la educación emocional.
Esta columna, es un llamado de atención y una sutil mirada para que vean como las emociones en esta en todo el proceso de aprendizaje, sobre todo, para aquellos que no creen que las emociones influyen en el aprendizaje. Ese error de antaño de decir que “las letras entran con sangre” hizo sufrir a muchos niños y ese aprendizaje quizás llego, pero la herida también quedo perpetua.
En términos simples, el aprendizaje de sus hijos puede verse influenciado positivamente por una variedad de emociones que promueven la atención, la motivación y la retención de información. Algunas de las emociones que pueden facilitar el aprendizaje como siempre digo, e incluyen:
Curiosidad: La curiosidad es una emoción que impulsa a las personas a buscar conocimiento y comprender mejor el mundo que las rodea. Fomenta la exploración y el deseo de aprender.
Interés: Cuando alguien está interesado en un tema, es más probable que preste atención y se involucre activamente en el aprendizaje. El interés puede ser un poderoso motivador.
Motivación: La motivación es una emoción que impulsa a las personas a alcanzar metas y objetivos. Cuando alguien está motivado para aprender algo, es más probable que se esfuerce y persista en su estudio.
Confianza: La confianza en las propias habilidades de aprendizaje puede mejorar la disposición de una persona para abordar nuevos desafíos y superar obstáculos.
Asombro: El asombro es una emoción que surge cuando nos encontramos con algo sorprendente o impresionante. Puede estimular la curiosidad y la exploración, lo que favorece el aprendizaje.
Satisfacción: Experimentar satisfacción después de alcanzar un logro o comprender un concepto puede reforzar el deseo de aprender más.
Alegría: La alegría y el disfrute pueden hacer que el proceso de aprendizaje sea más placentero, lo que a su vez puede aumentar la motivación y el compromiso.
Intriga: Sentir intriga o misterio sobre un tema puede estimular el pensamiento crítico y el deseo de descubrir respuestas.
Éxito: Experimentar el éxito en el aprendizaje, ya sea resolviendo un problema o dominando una habilidad, puede generar una sensación de logro y aumentar la autoeficacia.
Empatía: La empatía hacia los demás y la comprensión de diferentes perspectivas pueden promover un aprendizaje más profundo y la capacidad de trabajar en equipo.
Pero si mi profesor no logra hacer su clase entretenida, rápidamente perderé el interés en lo que intenta enseñar. Muchos hemos sido testigos de las distintas estrategias en asignaturas iguales con docentes que se esfuerzan por desaprender y hacer que la clase sea un espacio también de desafío constante. Es complejo, sin duda. Pero alimenta el alma saber que me puedo desafiar para que mis hijos o estudiantes logren emocionarse con mi clase.

Es por eso que es importante señalar que no todas las emociones son igualmente beneficiosas para el aprendizaje. Las emociones obstaculizadoras del bienestar como el miedo o la frustración pueden dificultar el proceso de aprendizaje si son abrumadoras o desmotivadoras. Por lo tanto, fomentar un entorno de aprendizaje que promueva emociones facilitadoras de ese aprendizaje y un enfoque en el bienestar emocional puede ser fundamental para el éxito educativo.
Existen varias emociones que pueden obstaculizar el proceso de aprendizaje como digo, si se experimentan de manera intensa o prolongada, ya que pueden interferir con la atención, la memoria y la motivación. Algunas de estas emociones incluyen:
Miedo: El miedo puede ser paralizante y distraer la atención de manera significativa. Cuando los estudiantes sienten miedo al fracaso, al ridículo o a la evaluación negativa, pueden volverse ansiosos y tener dificultades para concentrarse.
Ansiedad: La ansiedad en exceso puede dificultar la concentración y el rendimiento cognitivo. Los estudiantes ansiosos pueden tener dificultades para recordar información y enfrentar nuevos desafíos.
Frustración: La frustración puede surgir cuando los estudiantes encuentran obstáculos en su proceso de aprendizaje. Si no se maneja adecuadamente, la frustración puede llevar a la apatía y la desmotivación.
Aburrimiento: El aburrimiento puede ocurrir cuando el contenido del aprendizaje no es lo suficientemente desafiante o interesante. Los estudiantes pueden perder la motivación y la concentración cuando se sienten aburridos.
Desesperanza: Sentir que no se puede lograr el éxito o que el esfuerzo no vale la pena puede llevar a la desesperanza y a la falta de motivación para aprender.
Ira: La ira puede interferir con la capacidad de concentración y de procesamiento de información. Cuando los estudiantes están enojados, pueden tener dificultades para resolver problemas de manera efectiva.
Por eso los quiero invitar a imaginar un mundo donde las emociones no juegan ningún papel en la educación de tus hijos. Sería un mundo donde no hay lugar para la curiosidad, la alegría de aprender, ni la confianza en sí mismos. En este mundo, los niños enfrentan sus desafíos educativos con miedo, ansiedad y desánimo. Y estoy seguro de que muchas madres que hoy leen esto, se preguntaran ¿cómo lo pasara mi hijo en clases?, ¿vivirá estas emociones?
Ahora, piensa en el mundo opuesto, donde las emociones son bienvenidas y valoradas en el proceso de aprendizaje. Aquí, los niños son curiosos, se sienten emocionados por descubrir cosas nuevas y creen en sus propias habilidades. Este es un mundo donde la educación es un viaje emocionante y enriquecedor. Y que nos digan, “Mamá, ¡lo único que quiero es que llegue el lunes para ir a clases!“.
Es por eso, que los padres desempeñan un papel crucial en la creación de ese segundo mundo. Cuando motivamos a nuestros hijos y fomentamos emociones facilitadoras del bienestar en su proceso de aprendizaje, estamos allanando el camino para un futuro lleno de éxito y autoestima. Nuestra atención y apoyo emocional son las bases sobre las cuales construirán su amor por el aprendizaje y su capacidad para superar obstáculos, pero, además, golpeen la mesa sutilmente, en su colegio pidan que la educación emocional llegue a sus hijos, hoy no es un lujo, es un derecho por que esta consagrado en la misma constitución, el desarrollo integral de nuestros hijos.
Así que, padres y madres, recuerden que no se trata solo de las calificaciones o los logros académicos. Se trata de cultivar un ambiente donde las emociones como la curiosidad, la alegría y la confianza sean bienvenidas. Al hacerlo, no solo estamos ayudando a nuestros hijos a aprender mejor, sino que también estamos equipándolos con herramientas emocionales que les servirán a lo largo de sus vidas.
Motivemos a nuestros hijos a ser apasionados por aprender, a explorar el mundo con ojos curiosos y a abrazar cada desafío como una oportunidad de crecimiento. De esta manera, les estamos preparando para un futuro en el que las emociones sean aliadas poderosas en su búsqueda de conocimiento y que además seamos más felices.